Resulta paradójico que quien más crítica ha sido respecto a al sistema de puntos de esta plataforma, haya sido favorecida por la concesión de este premio.
No obstante, hoy no voy a emitir queja alguna. Es momento de fiesta y de celebración.
Me gusta ver caras nuevas en este salón, nuevos interlocutores a los que aburrir con lo que siempre os cuento.
El resto ya sabe que soy hija de la Oficina de Empleo. Que, a pesar de haber estudiado en la Complutense, mi verdadera “alma mater” es nuestro Servicio de empleo.
Acudí por primera vez por su formación, no estaba ni inscrita. Con un curso de la FER perdí mi analfabetismo informático.
Gracias a ese curso pude ser seleccionada para ser contratada en uno de los famosos Convenios; me ocupé de la “Promoción de la formación profesional para el empleo”, y aprendí qué era aquello de la FP ocupacional.
Recibí servicios de orientación en el edificio de los antiguos sindicatos, disculpad, sigo llamándolo así, por no sé qué entidad colaboradora. Sí me acuerdo de Comisiones que me impartió un INMA.
Otra vez fui rescatada del desempleo, ofreciéndome una oportunidad como mujer que pospuso su carrera profesional en aras de promocionar su vida familiar.
Fui una de las mujeres que participaron en el programa “Mujer y Empleo”. Ahora llamo a estos programas experienciales “mi subvención” porque no solo trabajé gracias a ellos, sino que luego gestioné su concesión y las ofertas de empleo que generan. Incluso, cuando me examiné para acceder a la Función Pública, el caso práctico versó sobre ellas.
Tanto me gustó la formación ocupacional que obtuve uno de los primeros certificados profesionales que se impartieron en La Rioja. Acabado ese curso comencé a trabajar como Tutora de Empleo y … hasta ahora que arribo a un tiempo en el que otras empresas arrumban a su capital humano de más edad y a mí, se me ofrece la posibilidad de liderar un equipo.
Hoy recojo este premio, pero mis manos lo toman como representante de quienes he recibido la esencia de mi trabajo. Va por Teo, Cristina, Palmira, mis amigas de Formación, de Cualificaciones y de Calahorra, por Pepe Asenjo, por Carlos. Sin olvidarme de Begoña, ni de mis compañeras actuales Pilar, Fernando, Blanca, Isabel, Neri…
Todos ellos actuaron sobre mí para ser la funcionaria que actualmente soy.
Durante mucho tiempo creí que tenía una deuda moral para devolver todo cuanto había recibido de la Oficina de Empleo.
¡Cuán equivocada estaba! Si doy, tiene que ser por que quiero dar.
Porque lo mejor de la vida es esto, COMPARTIR.
Muchas, muchas gracias.
2 respuestas
Gracias por compartirlo Elena
Que bonitas palabras compartiste esa tarde. Enhorabuena por el merecido reconocimiento y, sobre todo, por todo lo que plasmaste y transmitiste con esas palabras.