Esta vez con banda sonora. Dale al play.
Si algo bueno tiene esta red es que me hace reflexionar.
Pregunté a mi “vieja compañera M.” si había leído mi última aportación. Me contestó que todavía no, que no me inquietara, que la leería y que ¡a ver qué había escrito en esta ocasión porque era incendiaria!
No supe responderle. Por ahora lo dejamos en este punto.
Otra de mis zozobras es el conflicto que tengo con mi imagen.
Cuando en los escaparates me veo reflejada no contemplo el estereotipo de una mujer de mediana edad. Me veo como una mujer que avanza con paso firme, que sabe lo que ya no puede o no quiere seguir haciendo y que, en ningún momento, finge lo que no es.
Os estaréis preguntando cual es el nexo de unión de estas dos ideas. Mi conclusión es que soy una mujer madura a la que le gusta transgredir.
Solemos acotar la transgresión a la juventud, olvidando que la transgresión es un gesto espontáneo de cualquier época de la vida que nace de la creatividad y de la ausencia de resignación.
En mi voluntad de transgredir veo el sentido trascendente del que ya os hablé en mi anterior historia ( https://redempleorioja.org/idea/la-pasion/ ), veo también cómo acepto el fracaso en la asunción del riesgo y, esto es lo mejor, me veo en libertad para desafiar las reglas y crear algo nuevo.
Creí que, con las nuevas incorporaciones a la Red por el empleo, con la caterva de jóvenes integrados en las Oficinas de Empleo íbamos a sufrir una conmoción que nos impulsaría a más altas cotas de orientación, de asesoramiento a las empresas… Sin embargo, veo demasiada resignación al orden establecido. Echo en falta en esta red ese pensamiento disruptivo, el pensamiento en el que nos apoyamos para innovar, para modificar elementos con el propósito de hacer algo mejor, de agregar valor o incluso de revertirlo a su estado anterior.
En mi primera experiencia como orientadora, aquellos “tutores de empleo” logramos que en la selección de las personas participantes en los programas “Primer empleo y Mujer y empleo” se tuvieran en cuenta nuestras aportaciones. Teníamos que seleccionar personas que en los dos últimos años no hubieran tenido experiencia laboral. Gracias a nuestro coraje conquistamos que sólo debían carecer de experiencia en el puesto ofertado, valorando que se hubieran dedicado a puestos de inferior categoría.
De igual manera, hoy tendríamos que buscar cómo destacar a esos jóvenes que trabajan en cualquier puesto y no promocionar a aquellos que esperan pasivamente a que llamemos a su puerta.
Y ¿qué aportáis respecto a las personas que se han descolgado del mercado laboral?, ¿cómo conseguís motivarlas? Compartid el motor que las mueve a tomar las riendas de su búsqueda de empleo.
Como orientadores de empleo debemos ser personas creativas que nos replanteemos las reglas y modifiquemos los pensamientos rígidos por ideas nuevas. Tenemos el compromiso de ser personas imaginativas que investiguen, modifiquen y no se pongan límites.
Obtendremos fracasos, pero también alcanzaremos resultados innovadores y trascendencia.
“Y, por último, festejemos los fracasos para que nos enseñen y sean aprendizajes para el futuro. ¡Rompamos las reglas para ser más irreverentes y crear nuevas cosas superadoras!” (1)
(1) https://www.cronista.com/columnistas/Por-que-los-empleados-irreverentes-pueden-llevarnos-al-exito-20171031-0081.html