A los 14 años mi vida estuvo a punto de ser otra vida.
Junio de 19xx, estoy en 8º de EGB. Llevo tres meses con un parche en un ojo y contar hilos de un trapito para bordar resulta un tanto complicado. El resultado es que apruebo todas las asignaturas, pero suspendo Pretecnología.
Recordad: para comenzar BUP es fundamental tener aprobado el curso completo.
Mi intención es continuar estudiando el bachillerato pues nunca he sopesado hacer una Formación Profesional, ni mis profesores u orientadores me han indicado esa posibilidad. Hasta tal punto se menosprecia esa posibilidad que la frase que escuchamos es “el que vale, vale. Y el que no, para la F.P.”
Como bien sospecháis por el puesto que desempeño, aprobé la Pretecnología en septiembre y pude comenzar mis estudios de bachillerato (Creo que me regalaron ese aprobado. Sí, a pesar de acabar el verano con moreno Agromán, con un círculo cruzado por una cruz en mi ojo izquierdo y el resto de la cara bronceada).
Este menosprecio a la Formación Profesional aún perdura. Cuando mi hijo estaba dilucidando su futuro profesional nadie en su centro le ofreció la posibilidad de averiguar qué opciones tenía dentro de la Formación profesional. Es más, cuando sus progenitores (quienes mejor conocemos a ese alumno hijo nuestro) sugerimos esa posibilidad, se nos advirtió que esa opción era para alumnos “menos valiosos”, con más dificultades para el estudio o con otras características… Desde su colegio nadie, repito, nadie pensó en esa posibilidad. El objetivo del centro educativo era conducirle a una Universidad, despreciando la posibilidad de llegar a otro destino o acabar en una Universidad siguiendo un camino diferente.
Como a mí lo que me gusta es el viaje y no llegar a destino por el camino señalado por la autoridad colaboro todos los años en difundir la Formación Profesional desde mi silla en la Oficina de Empleo. Son varios los años en los que Elena Capitán me facilita los folletos y con ellos en la mano divulgo las ventajas de estos estudios (1): La Formación Profesional es una formación práctica, específica y que responde a las necesidades del mercado laboral.
Una vez más, volvemos a entretejer nuestra Red de Empleo.
- Quizá con la F.P. hubiera sido una buena Azafata de Congresos. A estas alturas de mi vida ¿Quién lo sabe?. Bien mirado, en ese momento ningún profesor ni orientador hubiera indicado la posibilidad de ejercer de azafata a una persona como yo; que, hablamos de ser “azafata”, era mujer, pero rechoncha y con un parche en un ojo. La diana perfecta para el bullying.
Pero esto será otra historia.