Durante el confinamiento la Oficina de Empleo ideó varias formas de mantener el ánimo y la disposición al servicio que nos caracteriza.
Una de ellas fue acudir a trabajar los viernes con ropa deportiva.
Ahora que Zelenski y Macron practican el cosplay me entero que eso que hicimos nosotras se llama así.
¿Qué es el cosplay?
El cosplay, contracción de costumeplay (interpretar disfrazado), es una actividad representativa, donde los participantes, también llamados cosplayers, usan disfraces, accesorios y trajes que representan un personaje específico o una idea. La persona que hace cosplay no solo se viste como un personaje de ficción, también lo interpreta: el cosplayer se mueve, piensa y vive como el personaje que pretende personificar.
Puede parecer muy poco auténtico. Dentro de una oficina de la administración no concuerda nuestro aspecto deportivo con nuestra actividad frenética al teléfono, con nuestro desvelo por encontrar soluciones y medios de comunicación con nuestros conciudadanos. No estamos en un polideportivo. Nosotras tan solo hacemos nuestro trabajo en una situación en la que debemos sentirnos un equipo, el más fuerte que nunca haya. Nosotras representamos nuestro papel, el de funcionarias comprometidas con su trabajo, un duro trabajo al que acudir cómodas, promoviendo nuestra unión acudiendo uniformadas con ropa deportiva.
En esos días en los que la Oficina de Empleo actuó directamente bajo las órdenes de la Directora General y en los que adaptamos nuestros procedimientos a la urgente necesidad de no recibir presencialmente a nadie, en la Oficina nos sentimos, yo la primera, en la República Independiente del Empleo. Actuar con esa libertad y cohesionarnos entre nosotras fue lo mejor para resistir la fatiga y sostener a quienes nos llamaban para que solucionáramos sus problemas. (1)
Solo quien no estuvo con nosotras aquellos días no comprende cuál era el motivo para vestirnos así y lo bien que nos hacía sentirnos.
(1) El otro día me recordaron que al lado del ordenador teníamos los números del teléfono de La Esperanza.
(2) En el momento en el que se tomó la fotografía todavía no llevábamos mascarillas.
Un comentario
Éramos unas modernas y no lo sabíamos…