En la II Guerra Mundial, los aliados mapeareon los agujeros de bala e aviones que fueron alcanzados por fuego enemigo. Buscaban fortalecerlos para resistir mejor a la artillería que les atacaba.
En un primer momento reforzaron las zonas donde más disparos habían recibido. Lógico, ¿verdad? Pero el matemático Abraham Wald llegó a una conclusión diferente: Los aviones mapeados eran los que habían vuelto a casa, así que donde realmente había que reforzarlos era donde no se habían registrado disparos, pues aquellos que habían recibido disparos en esas zonas no habían sobrevivido. Este fenómeno se conoce como sesgo de supervivencia.
Lo mismo ocurre cuando pensamos en el éxito de un proyecto o empresa. Está bien aprender de los casos de éxito pero, para evitar el fracaso, en quien realmente debemos fijarnos es en aquellos proyectos que fracasaron y en por qué lo hicieron.
¿Y tú qué opinas? Déjanos saber tu opinión en los comentarios.
4 respuestas
un concepto muy chulo!
¡Muchas gracias Ummar! 🙂
Totalmente de acuerdo. Es necesario aprender de los fracasos para no volver a cometer los mismos errores. Gracias por compartir.
¡Me alegra que os haya gustado! Gracias a vosotras/os 🙂